Cultura

Tener Principios, a propósito Henry Thoreau

• Marcadores: 358


En días como los nuestros, en tiempos como los de ahora, las líneas entre lo correcto y lo incorrecto son más qué difusas. Para defender una verdad o una buena causa, hay que andarse con cuidado.

La post-verdad, la re-interpretación, los llamados hechos alternativos o sencillamente las Fake News, son la característica más lamentable de nuestra época.

Cuando el 23 de julio de 1846 Henry Thoreau fue encarcelado por no pagar impuestos, lo fue también por sus ideas. Una férrea posición antiesclavista y su manifestación abiertamente negativa respecto la guerra contra México, dieron lugar a «La esclavitud en Massachusetts» y «Desobediencia Civil», sendos ensayos que enriquecen intelectualmente al lector tanto como ennoblecen aún más el espíritu del autor.

Escribe, no para su tiempo, sino para la eternidad. Defiende los ideales de la libertad, pero el único liderazgo que reconoce es el de su consciencia. Sus causas no son los tópicos mórales de su generación, sino verdades universales, derechos primordiales reconocibles y reconocidos por todos.

«Cuando un sistema de leyes no es sino la pintura de la condición social, se sostiene por sí mismo, no hay necesidad de arengas ni de armas para su conservación; más, si aquel sistema es inadecuado, descansa en una base movediza: diremos más, está dislocado, no es real, es una ficción.» Justo Arosemena, Libertad.

Si ya Thoreau renegaba de los engaños de su siglo con vehemencia, no alcanzó a imaginar cómo reaccionaría al ver como la verdad y la mentira se fundieron para exiliar a los espíritus más inocentes a la eterna cadencia del discurso ignorante, ponzoñoso y malintencionado, de aquellos a quienes solo les interesa aprovecharse de la sociedad, a costa de otros más vulnerables.

¿Cómo defender nuestras ideas apropiadamente? No es la cuestión primera. La pregunta auténtica es más íntima y existe solo en el desolado yermo del ser, precisamente hacía dónde no nos gusta mirar. ¿Defiendo las ideas correctas? La respuesta no vendrá sino luego de una reflexión sincera, a la cual las mujeres y los hombres pueden reaccionar siendo leales con sigo mismos o conscientemente deshonestos

Retrato de John Brown en periódico de la época.

Si usted decide ser coherente con sus ideas, entonces usted tiene principios. Si estos principios tienen como norte la libertad, la verdad y la honestidad, entonces quizá usted esté del lado correcto. Si por el contrario usted alinea, erosiona o acomoda, sus ideas con su tiranillo de turno, con valores meramente heredados o sus más aberrantes estereotipos, tal vez sea usted el tipo de cosas que la gente buena y honrada sale a combatir todos los días en esté mundo.

En su «Apología del Capitán John Brown» Thoreau hace una defensa olímpica de un hombre que en pro de los esclavos fue más allá de los mítines y los panfletillos, granjeándose la impopularidad y el odio de los sureños. Preparó su defensa únicamente amparado en la verdad, a pesar de lo que decían los políticos, más allá de los titulares amañados, pues defendía una causa común; Libertad.

Entonces, el día de mañana, al ejercer el sufragio o sencillamente antes de cuestionar a una persona por reclamar un derecho que usted encuentre inconsecuente con su moral y buenas costumbres, recuerde que no siempre lo popular es lo correcto, que la ley puede ser injusta y que las causas nobles muchas veces requieren de nosotros ingentes cantidades de comprensión y compasión… Y recuerde llevar puestos sus mejores principios, los más humanos.

3 recomendado
0 notas
58 vistas
bookmark icon

Escribir un comentario...

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.